Mi ciudad natal es Manizales, su apodo: «La ciudad de los atardeceres». Puedo decir que en todo mi viaje por Sur América no he visto atardecer igual al que se ve en mi linda ciudad.
Tal vez muchos de ustedes no han oído hablar de Manizales y es que creo que lo que le falta es alguna «foto instagrameable» como la del aviso de Las Vegas o que alguna persona famosa la promocione en sus redes.
Cuando me preguntan «¿De qué parte de Colombia eres?» me toca responder así: «De Manizales, en El Eje Cafetero, a una hora de Pereira, cerca a Salento» Amaría poder responder: «Manizales» y que cualquier extranjero supiera de lo que estoy hablando. Es por eso que acá les mostraré 3 razones por las que deben visitar Manizales cuando vayan al Eje Cafetero.
Empecemos por lo primero, que a mi, personalmente, me llama la atención al visitar un lugar: su gente. Manizales es una de las pocas ciudades de Colombia en donde los carros paran en la cebra para que el peatón pueda pasar. No hay nada más satisfactorio que entrar a una tienda y oír: «muy buenos días, como ha estado, como le va, en qué le puedo ayudar.» Los Manizaleños somos amables y buena gente por naturaleza.
Segunda razón: sus atardeceres. Si viajan a Manizales no se pueden perder mi plan favorito: ver el atardecer comiendo oblea en Chipre (un barrio de la ciudad). Todos los días hay atardecer, unos días más amarillos y naranjas que otros, pero, siempre lo vas a poder ver.
Aquí va la tercera razón: «Parque Nacional Natural de los Nevados». A menos de una hora y media de Manizales se encuentra el Volcán Nevado del Ruiz. Se puede visitar en auto, la ruta es hermosa, tiene un ecosistema de páramo lleno de frailejones, colibrís y neblina. Es un lugar donde se respira paz y naturaleza.
Ese es mi Manizales, espero haberlos convencido. Les aseguro que, si visitan el Eje Cafetero e incluyen a Manizales dentro de su plan de viaje, no se arrepentirán. El Eje Cafetero es más que Salento, Panaca y El Parque del Café (atractivos turísticos muy conocidos de la zona) y a todos aquellos viajeros que vayan, escríbanme, los guiaré con gusto por esta increíble ciudad.
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Isa por ahí 