El cansancio de siempre querer ser la mejor

Para mí no es fácil hablar sobre mis propias sombras oscuras, miedos y defectos. Menos con un desconocido. Les pido que lo lean sin juzgar y léanlo hasta el final. Son sentimientos y pensamientos privados y me estoy abriendo con ustedes solo porque sé que alguien más, que este por ahí, se puede llegar a sentir identificado.

He sido una persona competitiva desde el colegio. Esa competitividad me llevó a querer siempre ser la mejor en todo. Me generaba una satisfacción indescriptible sacar la mejor nota de la clase en la universidad y ganarme los mejores promedios académicos del semestre (que de hecho me gané este premio 5 veces).

Premio Javeriana
Reconocimiento por un Proyecto Universitario

El día de mi grado universitario me gané el mejor promedio, de no solo mi carrera, sino de la facultad de ciencias económicas y administrativas. Fue un premio que me hinchó el corazón y la cabeza. Pensaba también ¿y ahora qué? ¿Cómo voy a ser ñoña o nerda en el trabajo? ¿Si ahí no hay calificaciones?

Luego de eso entre a una empresa perfecta para mi, en donde la «competitividad sana» se incentivaba. Acá un resumen de cómo calificaban al personal en mi trabajo: una vez al año había un comité de gerentes y jefes que calificaba de 1 a 5 a cada uno de los subordinados. El promedio de la calificación, en un mismo equipo, no podía ser 5, alguien tenía que tener 5 y los otros un 2 o un 3. De esa calificación dependería el bono anual. Era perfecto para mi, aprendí a competir de una manera sana y logré crecer rápidamente en la empresa.

Sin embargo, esa competitividad dejó estragos en mi vida. Mis amigos en la universidad son pocos, no tuve tiempo para generar amistades por estar estudiando. En el trabajo estuve obsesionada con crecer, tanto que abandoné mi cuerpo y mi familia.

Esta competencia me generaba una satisfacción inmediata que duraba poco. La premiación por ser la mejor en la universidad duró 5 minutos y me dieron un cartón que ya ni se donde está (y que por cierto no me lo pidieron en ninguna entrevista laboral). Los ascensos en el trabajo me generaban felicidad pero con ellos vinieron responsabilidades y más horas de trabajo.

Otra de mi hipótesis acerca de estas ganas mías de ser la mejor es: la aceptación social. Hace poco leí que el ser humano busca ser aceptado por los demás por naturaleza y creo que mi forma de lograrlo era a través de méritos académicos y laborales.

Cuando salí de viaje me di cuenta que no tenía con quien competir, que la única competencia que tenía era conmigo misma. Intentar ser mejor que ayer todos los días. Me tocó convivir con mis propios demonios y miedos y superarlos fue la satisfacción más grande que he tenido.

Con esto no quiero decirles que no intenten ser los mejores siempre. Mi lección de vida es que la competencia es con ustedes mismos y que no sólo se trata de ser mejores en el trabajo y en el estudio sino en su propia vida.

Qué más satisfactorio que competir con la versión tuya de hace un año. Y no solo tu versión en el trabajo sino en la vida como tal. Un ascenso debería ser igual de satisfactorio que compartir un almuerzo con tu familia. La vida se trata de tener un equilibrio, intentar siempre ser el mejor en todos los ámbitos, laboral, familiar, con tus amigos, con la naturaleza y con tu cuerpo.

Cuando encuentras ese balance en tu vida es cuando logras disfrutarla al máximo. Queriendo ser siempre la mejor versión de ti mismo.

El proceso antes de salir de viaje

Conoce mi Blog

5 Comments on “El cansancio de siempre querer ser la mejor”

  1. «Camina solo, y llegarás rápido.
    Camina acompañado, y llegarás lejos».

    Puede que tarde en llegar el momento, pero estoy seguro de que al final seremos más los que creemos en la colaboración y no el la competencia. 🙂

    Me gusta

  2. Wow Isa, me encantó! Gracias por tener la valentía de escribirlo y compartirlo. Me siento identificada contigo, entiendo y comparto ese sentimiento de competir y creer que vales por lo que logras. Creer que la aprobación de los demás es importante.
    No es así, cada uno de nosotros vino este mundo a SER, ser mejores seres humanos cada día, sin compararnos con alguien más sino con nosotros mismos, a ver a los demás como un fin y no como un medio.
    Nos inspiras a seguir nuestros sueños, pasaba a recordártelo y agradecértelo.
    Linda energía en tu vida Isa 🙂

    Me gusta

    • Maria! que lindo mensaje me inspiras más a seguir compartiendo este tipo de contenido. Sabía que había personas por ahí que sienten lo mismo pero les da miedo o pena expresarlo. Mil gracias por tu mensaje! buena vibra y un abrazote!

      Me gusta

Deja un comentario