Amanecer en el Fitz Roy, destino post pandemia

He tenido miles de momentos únicos e inolvidables viajando, pero hay algunos de esos momentos que se quedan en la mente y en el corazón, su recuerdo está tan pero tan fuerte, uno de esos es: el amanecer en el Fitz Roy.

El Cerro Fitz Roy está ubicado dentro del Parque Nacional los Glaciares muy cerca a El Chaltén, en la Patagonia Argentina, una zona conocida a nivel mundial por sus senderos y caminatas deslumbrantes (y gratuitas).

El sendero que más ansiosos nos tenía era el que lleva a la Laguna de los tres en donde se ve el amanecer con el cerro Fitz Roy de fondo.

Habíamos decidido ver el amanecer allí, si les soy sincera ya había visto fotos de cómo se pintaban, con los primeros rayos de luz del día, de rojo y naranja, estas montañas. Yo necesitaba presenciar esa energía, ese momento único.

Para poder ver el amanecer es necesario acampar en una zona llamada Poincenot, para esto se debe caminar, en el primer día, 9km.

Un cartel de madera que se encuentra al final de la avenida San Martín del pueblo El Chaltén, indica el inicio de este trekking. La primera parada del camino es un hermoso mirador que da hacia las montañas y el río, este mirador, llamado «Mirador río de las Vueltas» indica que llevas aproximadamente 1km de recorrido.

Al seguir puedes elegir seguir por dos senderos, uno que lleva hacia la Laguna Capri y otro que lleva hacia el mirador del Fitz Roy. Nosotros nos fuimos, de ida, por el camino de La Laguna Capri y de vuelta, por el del mirador.

Luego de caminar por 9km con mochilas al hombro, paisajes increíbles y una paz infinita llegamos donde acamparíamos esa noche: el campamento Poincenot.

Nunca pensamos que fuera a haber tanta gente acampando, había, por lo menos, otras 80 carpas alrededor, menos mal había suficiente espacio para todos.

Esa tarde apreciamos el Fitz Roy desde lejos, nos acostamos temprano porque nos esperaban los últimos 2km de la travesía al día siguiente, los más difíciles de todos.

Sonó el despertador a eso de las 5:00am, dormimos bien aunque nos hizo algo de frío (valga aclarar que nosotros fuimos en verano). Dejamos la carpa armada y nuestras pertenencias dentro de ella, las recogeríamos de vuelta. Con linterna en mano, mucho frío, y cientos de otros turistas en el mismo plan, empezamos a caminar.

Este último tramo es el más difícil, piensas que ya llegaste pero aún falta, les recomiendo llevar bastones de trekking (o palitos de madera como los míos). Aún no llegábamos y ya se empezaba a aclarar el cielo. Le dije a Ricky que siguiera sin mi, que corriera si fuera necesario, porque yo no daba más.

No se de donde saqué fuerzas, me dije a mi misma «¿te imaginas haber llegado hasta acá y perderte el amanecer por caminar despacio?» así que empecé a trotar, acá ya no caminaba con las piernas sino con la mente.

Llegué y vi a muchas personas sentadas esperando ver el amanecer, encontré a Ricky, ya tenía cuadrada la GoPro para capturar, en un time-lapse, este fenómeno natural.

Esperé 10 minutos hasta que el show empezó. Unos destellos amarillos, naranjas y rojos pegaban fuertemente sobre la montaña. El olor a frío hacía que la experiencia fuera aún más fascinante. Sentí como si el mundo se frenará al frente mío, como si todos mis problemas se hubieran esfumado. El escenario se veía doble, las montañas se reflejaban como un espejo en la laguna. Se sentía la energía de todas las personas, hubo un silencio profundo durante 5 minutos, si, eso fue lo que duró el show, 5 minutos. Los mejores 5 minutos de mi vida.

Luego de ver esto te sientes renovado, no puedes creer que la naturaleza te pueda llenar tanto, se me salió una que otra lagrima de felicidad.

Era hora de explorar el lugar, desayunar y disfrutar el momento. A eso de las 11 de la mañana empezó a llegar aún más gente, esas personas que hacen la caminata en un solo día. Al poco tiempo decidimos volver, para poder aprovechar la tarde para hacer otro sendero que había cerca al campamento: el Glaciar Piedras Blancas. Les recomiendo ir a este sendero, no hay casi personas, el desvío es de menos de 2km y vale la pena, ves un imponente glaciar colgar sobre una montaña y escuchas, a lo lejos, los desprendimientos de hielo como si fueran truenos.

Al terminar estos senderos fuimos al campamento, y luego de un rico almuerzo (pasta con atún), recogimos nuestras cosas y empezamos a retornar al pueblo.

Hasta el día de hoy tengo marcado ese amanecer, cierro los ojos y lo puedo ver perfectamente, no solo lo puedo ver, sino también oler y escuchar, puedo sentir su energía. Si van, les recomiendo acampar, es una experiencia que no olvidarán.

TIP: No veas el amanecer detrás de una pantalla. Deja tu celular a un lado, si quieres, déjalo tomando fotos, o pon tu GoPro a hacer un time-lapse. Pero dedícate esos 5 minutos a verlo a través de tus ojos. Dedícate a recargarte de energía con esos primeros rayos de sol. Tristemente vimos a muchas personas que lo vieron en su celular.

El Fitz Roy es en definitiva un destino post pandemia. Para hacer de tu estadía en El Chaltén la más económica posible te recomiendo: llevar una buena carpa y estar dispuesto a acampar (es gratis acampar en las zonas delimitadas dentro del Parque). Cocina, los restaurantes son costosos. Ve en carro o en bus, sé que es lejos de las principales ciudades de Argentina pero te prometo que ese largo viaje valdrá la pena. Si sigues estos consejos, un destino que antes te parecía costoso, puede llegar a salir supremamente económico, todo depende qué tantas ganas tienes de ver este increíble amanecer en el Fitz Roy.

Fitz Roy Argentina

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